Como una intrincada tela de araña, una red de músculos, tejidos y nervios favorece la salud y el funcionamiento de la pelvis. Esto incluye la estabilidad del núcleo, el control de la vejiga y los intestinos y, en el caso de las mujeres, el placer sexual. Estas estructuras interconectadas, denominadas colectivamente suelo pélvico, contienen muchos receptores de estrógenos. Por eso, cuando las hormonas cambian con la perimenopausia y la menopausia, los cambios suelen desencadenar síntomas molestos.
Si conoces las repercusiones de la menopausia en la zona pélvica, podrás aliviar las molestias mediante cambios en tu estilo de vida y tratamientos específicos. Este artículo explora lo que ocurre "abajo", en particular las complejidades de la menopausia y el suelo pélvico, junto con consejos para suavizar la transición.
Por qué la menopausia pone a prueba el delicado suelo pélvico
Durante la edad reproductiva, los estrógenos ayudan a mantener los músculos del suelo pélvico fuertes y flexibles. Los tejidos circundantes se mantienen gruesos, amortiguados y bien lubricados. Pero a medida que la producción de estrógenos disminuye con la perimenopausia y la eventual menopausiaEstas delicadas estructuras se debilitan y se secan progresivamente.
Los músculos del suelo pélvico pierden tono y capacidad para contraerse eficazmente. Los ligamentos cercanos se vuelven laxos, lo que puede provocar la flacidez o el prolapso de los órganos pélvicos. Las membranas mucosas que recubren la vagina y la uretra también se adelgazan y producen menos fluidos protectores. Esto provoca irritación.
Estos cambios acumulativos suelen desencadenar molestias o problemas embarazosos de vejiga, intestino, sexo y comodidad, lo que en conjunto se denomina síndrome genitourinario de la menopausia o GSM.
Definir el cambio: Síndrome Genitourinario de la Menopausia
El conjunto de problemas del suelo pélvico derivados de la menopausia solía denominarse vaginitis atrófica o atrofia vulvovaginal (VVA). Más recientemente, el nombre médico preferido pasó a ser GSM, ya que capta mejor los diversos síntomas que pueden desarrollar las mujeres.
Las quejas de Hallmark GSM incluyen:
- Molestias vaginales y vulvares
- Sequedad e irritación
- Sensación de quemazón o escozor
- Problemas de vejiga
- Urgencia/frecuencia urinaria
- Infecciones recurrentes
- Fugas con el esfuerzo
- Problemas de función sexual
- Baja excitación/deseo
- Relaciones sexuales dolorosas
- Retraso o ausencia de orgasmo
- Prolapso de órganos pélvicos
- Sensación de bulto
- Problemas de control intestinal
- Gases o incontinencia fecal ocasional
Las investigaciones demuestran que más de la mitad de las mujeres menopáusicas sufren molestos problemas de suelo pélvico. Sin embargo, por vergüenza, sólo unas 25% buscan ayuda médica, asumiendo erróneamente que los problemas son normales o intratables. A diferencia de los sofocos, estos problemas suelen empeorar sin alivio.
Correlación entre la menopausia y los cambios del suelo pélvico
Para comprender por qué nuestro suelo pélvico soporta tales cambios, debemos examinar algunos aspectos fundamentales sobre las hormonas, el envejecimiento y la composición muscular.
- Hormonas 101 - El estrógeno y la progesterona son hormonas sexuales cruciales que ayudan a las mujeres a desarrollar sus características reproductivas durante la pubertad y favorecen el embarazo. Estas hormonas siguen siendo producidas principalmente por los ovarios durante la edad adulta. El estrógeno, en particular, ayuda a engrosar el revestimiento del útero mes a mes, preparándolo para un posible embarazo. Esta hormona también mantiene lozanos y sanos los tejidos de la zona pélvica y los senos.
- Envejecimiento y hormonas - A medida que las mujeres pasan de los 30 a los 40 años, la ovulación se vuelve menos regular y la producción hormonal fluctúa más. Esta transición de la perimenopausia, que refleja la reducción de los ovarios, suele durar varios años. Finalmente, la ovulación cesa por completo, lo que marca la menopausia completa, con una media de edad en torno a los 51 años. La disminución de la producción de estrógenos y progesterona por parte de los ovarios provoca efectos generalizados.
- Impacto en los músculos y el tejido conjuntivo - Los músculos del suelo pélvico contienen una concentración especialmente elevada de receptores de estrógenos. La disminución de sus niveles permite que estos tejidos se debiliten, adelgacen y sequen. El tejido conjuntivo cercano también cambia y se vuelve más laxo. Esto supone una doble tensión para el suelo pélvico: la reducción del soporte y la fuerza muscular se combina con el aflojamiento de los ligamentos, lo que puede provocar la flacidez y el prolapso de los órganos pélvicos.
- Control de esfínteres - Los cambios en la coordinación muscular y la laxitud del tejido conjuntivo añaden presión a los nervios y músculos del suelo pélvico para mantener la continencia intestinal y vesical. Con una menor fuerza y resistencia muscular combinada con el adelgazamiento de los tejidos, pueden empezar a producirse pequeñas pérdidas. En algunos casos, el prolapso de órganos provoca una sensación de pesadez o abultamientos visibles. Estos cambios desencadenan síntomas incómodos, frustrantes o limitantes de la vejiga y el intestino. Aunque rara vez ponen en peligro la vida, las pérdidas y los accidentes causan una angustia comprensible que reduce la calidad de vida. Exploremos algunas estrategias que te ayudarán a superar los cambios del suelo pélvico en la menopausia.
Mantener la comodidad del suelo pélvico durante los cambios de la menopausia
Piensa en la salud pélvica como en una cuenta bancaria. Los "depósitos" regulares mantienen los músculos tonificados, los tejidos amortiguados y los nervios funcionando correctamente. Una vez que el declive hormonal agota las reservas, el estilo de vida y los "depósitos" terapéuticos específicos mantienen mejor el confort y el funcionamiento.
Fortalecer los músculos de sostén - Los ejercicios de Kegel tonifican adecuadamente los músculos del suelo pélvico y favorecen el funcionamiento saludable de la vejiga y el intestino. El pilates, el yoga y los ejercicios abdominales también fortalecen las estructuras de soporte interconectadas.
Manténgase sexualmente activo - Un coito regular y sin dolor aporta un flujo sanguíneo que nutre los tejidos pélvicos y los mantiene flexibles. Utiliza lubricante para aliviar la sequedad que provoca dolor. Si las molestias persisten, no recurra a la penetración.
Mejorar la regularidad intestinal - El estreñimiento empeora la irritación, ya que el esfuerzo también tensa los músculos y el tejido conjuntivo, ya afectados por las hormonas. Beba suficientes líquidos, añada alimentos ricos en fibra y considere la posibilidad de tomar suplementos probióticos para favorecer la regularidad sin forzar.
Dejar de fumar y controlar la tos crónica - Fumar tensa los vasos sanguíneos de la pelvis, restringiendo el oxígeno y los nutrientes para nutrir los tejidos de la zona. La tos crónica también tensa los músculos y el tejido conjuntivo. Pregunte a su médico sobre ayudas para dejar de fumar y controlar la tos prolongada o las crisis asmáticas.
Considerar las terapias dirigidas - Los tratamientos localizados con dosis bajas de estrógenos pueden reponer temporalmente los tejidos atrofiados y aliviar los síntomas característicos del síndrome genitourinario de la menopausia. La fisioterapia del suelo pélvico reeduca la coordinación muscular. Analice las opciones con su equipo médico.
Profundicemos en estas sugerencias:
Ejercicios para el suelo pélvico
Los ejercicios de Kegel fueron desarrollados por el médico Arnold Kegel para reentrenar los músculos pélvicos debilitados tras el parto. Más tarde se demostró que también eran eficaces para tratar la incontinencia urinaria y los problemas de urgencia intestinal provocados por la menopausia.
Los ejercicios de Kegel utilizan movimientos de compresión y liberación para fortalecer la intrincada red de músculos que se extiende desde el hueso púbico hasta el coxis y que favorece el funcionamiento de los órganos pélvicos. Con el tiempo, la práctica regular de los ejercicios de Kegel aumenta el tono muscular y la resistencia, de modo que estas estructuras desempeñan mejor su función.
Aprender la técnica correcta de Kegel es crucial para evitar forzar otras zonas como las caderas y los abdominales. Un fisioterapeuta especializado en la salud de la mujer puede garantizar la forma correcta. Aunque son sencillos una vez aprendidos, los estudios muestran que más del 25% de las mujeres no los hacen correctamente. Por lo tanto, pide consejo a un profesional cuando empieces una rutina de Kegel.
Continuar con los beneficios de los ejercicios abdominales
Muchas mujeres de mediana edad recuerdan con cariño los ejercicios escolares de abdominales, que fortalecen los músculos abdominales y la resistencia de la zona lumbar. Estos ejercicios centrados en el tronco entrenan los músculos que proporcionan un apoyo esencial a los órganos y estabilizan el tejido conjuntivo unido a la pelvis.
A medida que disminuyen los niveles de estrógeno, mantener fuertes los músculos centrales mediante pilates, yoga, natación, paseos y otras actividades suaves compensa en cierta medida los cambios inevitables en los ligamentos y la fascia. También te sentirás más fuerte y flexible, lo que te ayudará a mantener una actividad regular. Lo más importante es la regularidad, no excederse ni esforzarse.
Considere la terapia hormonal bioidéntica
Localizada, tratamiento con dosis bajas de estrógenos suelen aliviar considerablemente la sequedad y las molestias asociadas durante las relaciones sexuales. Estas terapias administran hormonas directamente en los tejidos vaginales, reponiendo temporalmente los receptores de estrógeno que están hambrientos de niveles sanguíneos reducidos.
Aliviar la sequedad y la irritación vaginales mejora la lubricación durante el coito y el confort general. Habla con tu médico sobre las cremas y comprimidos de estrógeno con receta o el anillo vaginal de estradiol para ver si es una buena opción para ti. Los lubricantes y cremas hidratantes de venta libre proporcionan un alivio a corto plazo.
Cambios en el suelo pélvico durante la menopausia
La perimenopausia y la menopausia desencadenan un descenso en la producción de estrógenos, lo que provoca cambios generalizados en todo el cuerpo de la mujer, incluida la intrincada red de músculos y tejidos del suelo pélvico. A medida que estas importantes estructuras se van debilitando y secando, las mujeres experimentan molestias urinarias, intestinales, sexuales y otros problemas de salud pélvica denominados colectivamente síndrome genitourinario de la menopausia o GSM.
Si no se tratan, los problemas tienden a empeorar con el paso de los años, afectando a la salud, la confianza en uno mismo y la calidad de vida. La clave está en reconocer a tiempo los cambios sutiles y tomar medidas proactivas para nutrir y rehabilitar la zona antes de que se produzcan cambios importantes. La combinación de ajustes específicos en el estilo de vida y terapias adaptadas a sus necesidades ofrece la mejor oportunidad de atravesar sin problemas la transición menopáusica.